lunes, 7 de noviembre de 2011

El primer lunes de cada mes

Son las 12 del mediodía y, como cada primer lunes de mes, suenan las alarmas. Durante 5 minutos en toda la ciudad se escucha el ulular de las sirenas que anuncian catástrofe inminente. Pero que nadie se preocupe, es sólo una prueba para asegurar, una vez más, que las alarmas siguen funcionando perfectamente.
Descartado ya el pensamiento de que hay que salir por patas al refugio anti-nuclear, lo primero que se te viene a la corteza es "¿Pero ya ha pasado un mes más?". Y recuerdas el último episodio sirenil que fuiste consciente de escuchar (la mayoría de las veces, no te llegas a dar cuenta). Recuerdo el primer lunes de un mes de agosto, sentada en mi escritorio en la oficina. Recuerdo el primer lunes de un mes de julio, con mi padre a la puerta del CB. Recuerdo el primer lunes de un mes de noviembre, exactamente en el mismo lugar, en la misma posición, con el mismo portátil, con la Reina de la Miel al otro lado de la línea. Otros han llegado y han pasado, sin pena ni gloria, y ya no los recuerdo tan bien. Y recuerdo que ese lunes de noviembre de hace dos años, escribí: "la próxima vez que se repita un primer lunes de no se sabe qué mes, la próxima vez que sea consciente de que las sirenas vuelven a sonar, recordaré el día de hoy, aquel primer lunes de noviembre de 2009, cuando en casa, ante el portátil abierto, escuchaba la sirena que no indica desastre, sino simplemente que el tiempo pasa inexorable. TEMPUS FUGIT".
De alguna manera, este toque de sirena de hoy, 2 años después, mismo lugar, misma fecha, mismo contexto, nos hace ser un poco más - o menos - eternos.
¿Y tú? ¿Dónde estarás tú en el próximo toque de sirena?

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